Blogia
amablebravo

Empredimiento Social I (IV Electromecanica)

El emprendimiento social, tanto en la práctica como en el estudio e investigación de los
estudiosos y expertos, provee una oportunidad única para desafiar, cuestionar y repensar
los conceptos y supuestos desde diferentes campos de la administración y los negocios.
Este artículo pone sobre la mesa una mirada donde los emprendimientos sociales son
conceptualizados como un proceso que es capaz de catalizar el cambio social,
haciéndose cargo de suplir necesidades sociales fundamentales. En este sentido, los
emprendimientos sociales difieren de otros tipos de emprendimiento ya que dan una
prioridad relativamente mayor al fomento de valores sociales y al desarrollo de los
mismos, versus la ganancia económica. Para estimular futuras investigaciones, los
autores introducen el concepto de arraigo como un nexo entre las perspectivas teóricas
para el estudio de los emprendimientos sociales.


Introducción
Los emprendimientos sociales como prácticas que integran el valor económico y social
tienen una larga herencia y presencia social hace ya varios años. Los esfuerzos
mundiales de Ashoka (http://www.ashoka.org), fundada por Bill Drayton en 1980, para
proveer y apoyar a aquellos empresarios con una visión social; las múltiples actividades
del Grameen Bank ((http://www.grameen-info.org), organización fundada por el
Profesor Muhammad Yunus en 1976 para erradicar la pobreza y fomentar la autonomía
de las mujeres en Bangladesh; o el uso de las artes para desarrollar programas
comunitarios en Pittsburgh por el Gremio de Artesanos de Manchester, fundada por Bill
Strickland en 1968 (http://www.manchesterguild.org), son todas manifestaciones
contemporáneas de un fenómenos que encuentra sus antecedentes en el liberalismo
victoriano.
Mientras el fenómeno del emprendimiento ha recibido mucha atención desde el ámbito
académico e investigativo, el concepto del emprendimiento como un proceso que logra
fomentar cambios sociales ha sido objeto de interés para los investigadores sólo en el
último tiempo (Alvord, Brown, & Letts, 2004; Dees & Elias, 1998). El emprendimiento
social es todavía, y en gran parte, “phenomenon driven”. La gran mayoría de los
estudios existentes se basan en la evidencia anecdótica o estudios de casos, la aplicación
de diversos diseños y métodos de investigación y la introducción de conocimientos de
otras disciplinas. Tal como el concepto de emprendimiento, que aún hoy carece de un
paradigma unificador (Shane y Venkataraman, 2000), el emprendimiento social ha
adquirido una variedad de significados (Dees, 1998).


El concepto del emprendimiento social es todavía poco definido y sus límites siguen en
la oscuridad. Aunque para algunos esto pueda parecer un problema, nosotros lo vemos
como una oportunidad única para los investigadores de diferentes campos y disciplinas,
como la teoría de la iniciativa empresarial, la sociología y la teoría de la organización,
para desafiar y repensar los conceptos centrales y suposiciones en torno a este término.
Este artículo pretende dar a conocer la esencia del emprendimiento social con el fin de
orientar futuras investigaciones. Nuestra premisa básica es que si el emprendimiento
social se convierte en un campo estructurado de investigación, debe hacerse un esfuerzo
por clarificar y definir los conceptos clave y las construcciones que se hacen del mismo.
Para ello, nos basamos en ejemplos prácticos de emprendedores sociales, los que nos
servirán para identificar y trabajar sobre dichos componentes esenciales.
La visión propuesta en este artículo es un primer escalón para mejorar nuestra
comprensión teórica del fenómeno y facilitar la investigación futura. Sostenemos, con
Weick (1995), que una buena teoría explica, predice y acerca al entendimiento. Este
artículo representa un esfuerzo por estimular la investigación que va más allá de los
estudios descriptivos, para hacer realidad esta promesa.
El artículo se organiza de la siguiente manera: en primer lugar, examina el significado
de los términos ’’sociales’’ y “espíritu empresarial”, elementos que constituyen la esencia
del fenómeno. Luego, ofrecemos una definición de trabajo de los emprendedores
sociales y describimos sus características distintivas. En un siguiente paso, analizaremos
qué representan los emprendedores sociales, campo de estudio que se ha hecho
fascinante para diferentes teorías y literaturas. Nos basaremos especialmente en la
sociología y la teoría de la organización para analizar cómo la teoría de la estructuración
y las teorías sobre los empresarios institucionales, el capital social y los movimientos
sociales, pueden contribuir a la comprensión de los emprendimientos sociales.
Finalmente, concluimos con algunas preguntas para futuras investigaciones que podrían
definir el futuro del emprendimiento social como un área de investigación.


El concepto de emprendimiento social significa cosas diferentes para las personas e
investigadores (Dees, 1998). Un grupo de investigadores lo define como iniciativas sin
fines de lucro que buscan alternativas de financiamiento estratégicas y esquemas de
administración innovadoras para crear valor social (Austin, Stevenson, & Wei-Skiller,
2003; Boschee, 1998). Un segundo grupo de investigadores lo ve como una práctica
socialmente responsable de negocio comercial (Sagawa & Segal, 2000; Waddock, 1988)
y un tercer grupo lo entiende como un medio para aliviar problemas y catalizar
transformaciones sociales (Alvord et al., 2004).
Es importante reparar en las diferencias que existen entre definiciones. Las definiciones
entorno al emprendimiento social casi siempre se refieren a un proceso o
comportamiento; las definiciones de los emprendedores sociales, en cambio, se centran
en el fundador de la iniciativa y las definiciones en torno a la empresas sociales,
finalmente, centran su análisis en los resultados tangibles de dicho emprendimiento
social. Más allá de todas las definiciones realizadas o por realizar, los intentos
sistémicos por monitorear las iniciativas son escasos (Boschee, 1995, y Waddock and
Post, 1995).
Aunque las definiciones complementarias, que se centran en diferentes aspectos del
fenómeno, no son un impedimento en la búsqueda de la teoría, aun no tenemos un
esquema claro del mismo y carecemos de un entendimiento cabal de cómo el
emprendimiento social debería ser analizado y estudiado.
Trabajando en base a estudios e investigación reciente sobre el tema, proponemos una
definición del concepto. Analizamos el concepto desde un prisma amplio, como un
proceso que involucra el uso innovador de recursos con el objetivo de encontrar
oportunidades que catalicen el cambio social y den respuesta a los problemas y
necesidades de las comunidades.


La definición entregada en este estudio busca reflejar algunas suposiciones básicas. En
primer lugar, entendemos el emprendimiento social como un proceso mediante el cual
se puede crear valor social combinando recursos de formas nuevas. En segundo lugar,
dichas combinaciones de recursos pretenden explorar y explotar oportunidades que
creen valor y estimulen el cambio social. Y, en tercer lugar, al entenderlo como un
proceso, el emprendimiento social ofrece productos y servicios, pero también es capaz
de crear nuevas organizaciones. Los emprendimientos sociales, tal como lo exponemos
en este artículo, puede ocurrir igualmente bien en una organización nueva o en una
establecida, ya que tal como ocurre con los negocios, el emprendimiento puede venir de
una iniciativa nueva o de la innovación de determinados procesos en entidades ya
establecidas.


En el siguiente párrafo elaboraremos una definición por medio del examen sistemático
de los dos componentes del concepto, es decir, emprendimiento y social. Este enfoque
nos ayudará a captar la esencia del emprendimiento social, explorando las potenciales
diferencias entre éste y el emprendimiento propio del sector empresarial.
El elemento social en la definición
Posiblemente, el mayor desafío en comprender el concepto de emprendimiento social se
basa en definir los límites de lo que entendemos por social. En una primera instancia, se
puede pensar que el emprendimiento social difiere del emprendimiento propio del sector
empresarial dado que este último tiene un fin de lucro, con lo cual se estaría diciendo
que el emprendimiento social se relaciona con iniciativas altruistas que no buscan este
fin.


Sin embargo, nosotros objetamos dicha definición dicotómica por dos razones: en
primer lugar, si bien el emprendimiento social suele estar basado en motivaciones éticas
y en una responsabilidad moral, sus motivos también pueden incluir razones menos
altruistas, tales como el desarrollo personal. En segundo lugar, y más importante aún, el
emprendimiento en el sector empresarial también tiene un fin social, ya que es
particularmente productivo a través de la creación de nuevos mercados, industrias,
tecnologías, formas institucionales y puestos de trabajo, por nombrar algunos de los
aspectos de desarrollo del mismo. Aunque la creación de riquezas puede ser un motor
fundamental del emprendimiento, no excluye otras motivaciones.
Es importante preguntarnos cuál es el sello distintivo de los emprendimientos sociales.
El análisis de tres casos exitosos de emprendimiento social alrededor del globo –el
banco Grameen en Bangladesh, el Aravind Eye Hospital en India, y Sekem en Egipto –
revela una característica común: recursos combinados en forma creativa e innovadora
en pro de la resolución de una problemática social descubierta. El banco Grameen,
fundado por Muhammad Yunus en 1976, ha cambiado la vida de millones de personas.
A través de la entrega de servicios financieros a los pobres, especialmente a las mujeres
de Bangladesh, ha ayudado a establecer un negocio auto sustentable que sirve para
paliar la pobreza de las implicadas y sus familias. Por otra parte, en los últimos 20 años
el Aravind Eye Hospital, fundado en 1976 por el Dr. Venkataswamy en India, ha
entregado servicios de salud visual a la población a una fracción del costo en el mundo
desarrollado (www.aravind.com). Finalmente, Sekem, creado en 1977 por el Dr.
Ibrahim Abouleish, es hoy una multiempresa que no sólo crea valor económico, social y
cultural, sino también ha tenido un impacto significativo en la sociedad egipcia. Ha sido
impulsora de la reducción, en un 90%, del uso de pesticidas en los campos de algodón
del país, además de crear colegios, universidades, centros de educación de adultos y
establecimientos médicos (Seelos & Mair, 2005a).


En resumen, estos ejemplos nos muestran cómo el emprendimiento social es capaz de
catalizar las transformaciones sociales a través de la preocupación por necesidades
sociales no satisfechas. La creación de valor en estos tres casos abraza tanto un fin
social como un aspecto económico, manteniendo, no obstante, el foco en la creación de
valor social y transformando la creación de riqueza en una condición necesaria para
asegurar la viabilidad financiera del proyecto.
Mientras los ejemplos anteriores se desarrollan en países que han sido deliberadamente
escogidos para ilustrar la dimensión global del fenómeno, el emprendimiento social
también ocurre y ha sido estudiado en el mundo desarrollado. De hecho, un gran
número de investigaciones se centran actualmente en Estados Unidos, Canadá o el
Reino Unido.


Características distintivas de los emprendimientos sociales
Un gran número de autores enfatiza en la naturaleza de no-lucro que tienen los
emprendimientos sociales, describiéndola como su actividad más distintiva. Nosotros
argumentamos que el emprendimiento social puede desarrollarse igualmente bien bajo
los presupuestos de una actividad con fines de lucro. Nuestro examen de varias
iniciativas con y sin fines de lucro sugiere que la decisión depende de las necesidades
sociales a las que se busque dar respuesta, la cantidad de recursos necesitados para
dicho fin, la cantidad de capital con el que se cuenta y la habilidad para capturar valor
económico. Los siguientes ejemplos ilustran este patrón.


El modelo de negocio que Muhammad Yunus desarrolló en el Grameen Bank o el que
el Dr. Abouleish definió para Sekem, calzan perfectamente con un esquema que busca
crear riqueza. Tanto el Grameen Bank como Sekem usan lo generado por las actividades
principales para generar nuevos emprendimientos sociales. De hecho, Grameen ha
lanzado empresas como Grameen Telecom y Grameen Energy, mientras Sekem ha
impulsado universidades y hospitales, entre otras iniciativas.
La principal diferencia entre el emprendimiento en el sector empresarial y el sector
social descansa en la prioridad que se le entrega a la creación de valor social por sobre
la creación de riqueza económica. En el emprendimiento empresarial, la creación de
valor social es un producto derivado de la creación de riquezas (Venkataraman, 1997),
contrario a lo que ocurre en los emprendimientos sociales, donde el foco está en las
transformaciones sociales que dicho emprendimiento sea capaz de alcanzar.
Sin embargo, esto no implica que los emprendimientos sociales no puedan abrazar la
idea de generar riqueza, a través de una estrategia. En el Grameen Bank, por ejemplo, la
creación de valor económico es crítica para asegurar que la entidad pueda continuar con
su misión, transformando las vidas de los más pobres a través de la entrega de créditos.
En las empresas sociales la creación de valor social es el objetivo primero, pero los
ingresos son necesarios para asegurar la sustentabilidad de la iniciativa en el largo plazo
y la auto sustentabilidad del proyecto.


Una característica distintiva adicional de los emprendimientos sociales descansa en el
limitado potencial con el que pueden capturar el valor creado. Los emprendedores que
trabajan por superar problemáticas sociales pocas veces pueden capturar algún valor
económico ya que los “usuarios” de los servicios en entregados, ya sea salud,
educación, resguardo o comida, no pueden o no quieren pagar por ellos (Seelos & Mair,
2005a).


Perspectivas de estudio del emprendimiento social
La naturaleza variegada y las múltiples expresiones del emprendimiento social hacen
que sea un campo fascinante para diferentes perspectivas y para diversas literaturas.
Una característica común de los campos emergentes de estudio es la ausencia de una
teoría clara y de límites definidos, por lo que se hace necesario recurrir a otras
disciplinas. Esto conlleva riesgos, ya que el concepto de emprendimiento social quizás
no pueda acercarse a un consenso, lo que finalmente le entregaría la legitimidad que
tanto buscan los académicos. Creemos, sin embargo, que el conocimiento sólo puede
alcanzarse mediante el uso de una variedad de teorías y una combinación de diferentes
métodos de investigación. Por lo mismo, en vez de entregar una lista exhaustiva de
perspectivas, creemos que el emprendimiento social tiene diferentes facetas, lo que
varía de acuerdo a los patrones y al contexto socioeconómico y cultural.
En este sentido, entendemos el emprendimiento social como el resultado de
interacciones continuas entre los emprendedores sociales y el contexto en el que ellos
(as) se desenvuelven. Granovetter (1985) argumentaba que los contextos económicos
están íntimamente entrelazados en relaciones sociales y estructurales, las que modifican
las predicciones neoclásicas del comportamiento económico. Creemos que el
emprendimiento social, tal como el del sector empresarial, no puede ser entendido en un
sentido puramente económico, sino que necesita ser examinado a la luz de los contextos
sociales y medioambientales.


Teoría de la estructuración
Es imposible separar al agente (emprendedor social) de la estructura (comunidad,
sociedad, etc.). Uno de los aspectos que ha recibido mayor atención en las últimas
décadas en la literatura sociológica es la dualidad entre el agente y la estructura, y la
integración entre ambos conceptos (Bourdieu, 1977; Giddens, 1979, 1984). Los
ejemplos del Aravind Eye Hospital en India o de Sekem en Egipto ilustran esta
dualidad. El contexto le permitió al Dr. Venkataswamy y al Dr. Abouleish actuar y, a la
vez, sus acciones alteraron el contexto sociocultural.
La teoría de la estructuración de Giddens es un intento por articular una teoría orientada
al proceso, que entiende a las estructuras como productos y elementos que afectan las
acciones humanas. Su teoría nos sirve para entender mejor cómo el emprendimiento
social nace de la interacción entre el emprendedor social y su contexto. Dicha
interacción es crucial para entender el proceso del emprendimiento social, ya que nos
permite vislumbrar cómo el contexto permite y restringe, al mismo tiempo, la aparición
de emprendimientos sociales y cómo los cambios sociales ocurren.


Emprendimiento institucional


DiMaggio introdujo la noción de emprendimiento institucional como un intento por
explicar cómo las instituciones cambian o surgen. Los emprendedores institucionales
son actores que tienen un interés por modificar las estructuras institucionales o crear
nuevas, transformando así las instituciones existentes. Los ejemplos del
emprendimientos sociales también nos sirven para visualizar cómo las actividades de
los fundadores del Grameen Bank o de Sekem catalizaron cambios sociales por medio
de la alteración de instituciones u organizaciones que estaban fijamente establecidas. De
hecho, la habilidad que tienen los emprendedores sociales para cambiar normas puede
terminar siendo incluso más significativo que el problema inicial que ellos (as)
buscaban solucionar.
En este sentido, argumentamos que la perspectiva de los emprendimientos
institucionales es un método interesante para entender las implicancias de los
emprendimientos sociales en los cambios de normas, instituciones y estructuras. Más
aún, puede ser un lente muy interesante para estudiar la emergencia del emprendimiento
social. Aunque es más fácil para los emprendedores sociales que están fuertemente
arraigados al contexto asegurar el acceso a los recursos y ganar legitimidad, quienes
están menos conectados con dichos escenarios son más propensos a enganchar con
iniciativas sociales que desafían las normas y reglas, ya que no están tan limitados por
las estructuras existentes.
Capital social
El concepto de capital social está ampliamente tratado por los investigadores como una
cualidad actual y potencial que está incrustada en las relaciones entre individuos,
comunidades, redes de contacto y sociedades (Burt, 1997; Nahapiet & Ghoshal, 1998).
Los sociólogos y organizaciones han elaborado tres dimensiones del capital social, las
que se encuentran altamente interrelacionadas: el capital estructural, que es la estructura
de las relaciones; el capital relacional, el cual se relaciona con la cantidad y calidad de
las relaciones que un actor desarrolla; y el capital cognitivo o el grado en que un
individuo comparte un código común y un sistema de significado dentro de la
comunidad. Esta última dimensión también se refiere a cómo las fuerzas normativas
moldean el comportamiento y sus implicancias.
La dimensión estructural se refiere al patrón de conexiones entre los actores. Muchos
autores han enfatizado en la importancia del network para el emprendimiento social. El
capital estructural define el potencial o las posibilidades que el emprendedor social tiene
para acceder a la información, recursos y soporte. Es importante entender cómo puede
servir para construir y mantener un emprendimiento, ya que es uno de los factores que
determina cómo y hasta dónde puede un emprendedor social resolver o aliviar un
problema social, elevándolo a la esfera social.
La dimensión relacional del capital social se centra en la cualidad de las relaciones, lo
que se basa en valores como la confianza, el respeto y la amistad. Hay evidencia de
sobra para afirmar que cuando la confianza se construye entre los involucrados, hay más
entusiasmo por construir una actividad cooperativa, a través de la cual aún más
confianza se generará en un futuro.
Aunque la literatura en torno al capital social enfatiza principalmente en las
consecuencias positivas del concepto, el capital social también puede involucrar riesgos
y efectos menos deseables. Investigaciones recientes han identificado cuatro
consecuencias negativas importantes: la exclusión de los no participantes, el exceso de
demandas en los miembros del grupo, las restricciones a la libertad individual y las
normas de nivelación (Portes, 1998). Considerando las características del Grameen
Bank, sabemos que promueve la solidaridad, lo que se entiende como algo bueno. Sin
embargo, muchos autores han enfatizado en que esto puede reducir la elaboración de
nuevas ideas, desencadenando una inercia no esperable ni deseable.
Movimientos sociales
Los investigadores de los movimientos sociales centran sus esfuerzos en cuatro temas
fundamentales: las oportunidades y amenazas políticas; las estructuras de movilización
de recursos; formación de la identidad y límites de la acción colectiva; acción colectiva
innovadora y repertorios establecidos de acción.
Muchos de los insights, propios de la literatura en torno a los movimientos sociales, han
sido aplicados al estudio del emprendimiento social. Tanto los movimientos como los
emprendimientos sociales están preocupados e íntimamente ligados a la transformación
social. El esfuerzo de los estudiosos que trabajan en dichos movimientos sociales por
entender sus motivaciones y deseos es altamente relevante para el estudio del
emprendimiento social. Asimismo, el conocimiento sobre las diferentes tácticas usadas
por los movimientos sociales (movilización de gente, protestas, negociaciones, entre
otros elementos) puede ser tremendamente útil para el ejercicio, la práctica y el estudio
en torno al emprendimiento social.
Finalmente, la literatura en torno a los movimientos sociales nos permite evaluar las
iniciativas en términos de los éxitos o fracasos de las mismas. El éxito implica el
cumplimiento de objetivos específicos, objetivos que suelen mutar en el curso de los
movimientos sociales. Al aplicar estos insights, muchos podrían decir que es mejor
evaluar en términos de los grados de éxito o fracaso, sin perder nunca de vista las
consecuencias esperadas e inesperadas de un proyecto específico. Esto nos permitiría
saber cómo y dónde se está llevando a cabo el aprendizaje dentro del proceso, y
averiguar cómo los emprendedores detectan y manejan los problemas y errores y, aún
más importante, establecer como aprenden de sus errores y fracasos, cambiando el foco
d sus comportamientos de acuerdo a los mismos.
Para resaltar nuestro conocimiento sobre el emprendimiento social como un campo de
estudio y práctica, es necesario considerar las propiedades y propósitos del sistema en el
cual dichos emprendimientos e iniciativas se circunscriben, y también clarificar su rol
dentro de ese sistema.
Nuestro fin en esta sección ha sido relevar la importancia de las interacciones continuas
entre el emprendedor social y su contexto, ya que esto nos va a permitir entender y
explicar por qué y cómo el cambio social es posible.
Últimas anotaciones
El objetivo de este artículo ha sido el de incentivar la curiosidad académica por el
emprendimiento social. Consideramos que éste es un tópico de investigación
particularmente excitante y es nuestro anhelo que nos pueda llevar un paso más cerca de
la legitimación del emprendimiento social como un medio para crear valor social y
económico.
La definición de emprendimiento social expuesta busca facilitar un examen más
detallado de los principales componentes que integran el concepto, es decir, el elemento
social y el de emprendimiento. Sugerimos que el avance de los estudios empíricos y
conceptuales es necesario para establecer una imagen comprensiva del emprendimiento
social como tal.
Muchos de los aspectos que hemos resaltado son típicos de cualquier campo emergente
de estudio e investigación: la necesidad de dibujar límites y de clarificar cuando
estamos ante un campo de estudio independiente, y la urgencia por identificar los
diferentes niveles de análisis, disciplinas y literaturas.
Para concluir, elaboraremos sobre tópicos y asuntos que consideramos importantes al
momento de advertir y entender de qué trata el emprendimiento social: éste es un campo
independiente de estudio, que tiene un impacto social y cuyo rol se clarifica
dependiendo del contexto donde se circunscribe.
Probablemente, uno de los asuntos más controversiales es si el emprendimiento social
es un campo independiente de investigación. Muchos estudios entorno al tema han
adoptado conceptos y terminologías usadas en la literatura y referidas al
emprendimiento propiamente empresarial. ¿Significa esto que el emprendimiento social
es una subcategoría del emprendimiento, donde el contexto social provee una nueva e
inusual situación donde estudiar y testear el fenómeno?
Hemos querido identificar los dominios distintivos del emprendimiento social.
Argumentamos que éste difiere de otras formas de emprendimiento, ya que entrega
prioridad a la creación de valor social por sobre la creación de valor económico.
Creemos que el emprendimiento social merece una atención considerable como campo
de análisis, ya que ofrece una excelente oportunidad para desafiar y repensar los
conceptos centrales y suposiciones en relación al emprendimiento.
Establecer un impacto social es uno de los grandes desafíos para los investigadores y
ejecutores de los emprendimientos sociales. El problema real puede no ser la medición
per se, pero sí como dichas medidas pueden ser usadas para cuantificar el impacto de las
iniciativas sociales. Muchos consideran muy complejo, sino imposible, cuantificar los
efectos socio económicos, medio ambientales y sociales. No obstante, es necesario
hacer esfuerzos mayores en esta dirección y desarrollar medidas útiles y relevantes, que
puedan capturar el impacto y reflejar el avance de los objetivos perseguidos.
El emprendimiento social toma múltiples formas, dependiendo de las circunstancias
socioeconómicas y culturales, lo que hace resaltar la importancia del contexto para el
estudio del fenómeno. Por lo mismo, creemos que un área promisoria descansa en el
examen que se puede hacer entorno a cómo dicho contexto permite o constriñe los
efectos de las iniciativas sociales. Esto trae consigo una interesante pregunta: asumiendo
que el emprendimiento social envuelve varios estados ¿cómo puede el contexto
afectarlo en cada uno de estos estados? Unos podrían argumentar que tiene un efecto
positivo en la habilidad de los emprendedores para acceder y asegurar los recursos
críticos. Por otro lado, podría tener un efecto negativo, afectando las decisiones que los
emprendedores toman o dejan de tomar.
Dado el estado temprano de estudio del campo, una gran variedad de preguntas de
investigación pueden surgir, las que requieren de una mayor atención. El
emprendimiento social provee de un campo fascinante de investigación, lo que se
desprende de las diversas perspectivas y enfoques.
Concluimos con una lista de preguntas que proveen sólo una primera mirada al tema. Si
el contexto es tan importante, ¿hasta dónde es posible transferir prácticas y escalar en
nuestras iniciativas a través de diversas geografías y espacios comunitarios? ¿Son
algunas de las formas de organización de emprendimiento social más adecuadas que
otras al momento de atacar necesidades específicas? ¿Cómo difiere el emprendimiento
social entre los países desarrollados y no desarrollados? ¿Qué factores institucionales
explican la emergencia de los emprendimientos sociales y qué lentes teóricos nos
pueden ayudar a comprender dichos factores? ¿Cuál es el link entre los
emprendimientos sociales y los desarrollos sustentables y cómo pueden potenciarse? Es
nuestro anhelo que las respuestas a estas preguntas sirvan para consolidar el
emprendimiento social como una fuente de explicación y predicción.
Para revisar la versión completa, ingresa a:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1090951

0 comentarios